ROSA DE LOS VIENTOS

Esta obra efímera tuvo el fin de convertir la propia ciudad de San Juan en un verdadero mapa. El límite artificial de la provincia serviría de borde al trabajo realizado. Para lograrlo se utilizó un signo común de la Cartografía: la Rosa de los Vientos, cuya función es marcar los puntos cardinales para la orientación. Se pretendió fusionar lo representado con su representación. Es decir que el terreno real y sus límites físicos se vieran como mapa, y que el mapa, el dibujo, fuese la ciudad misma. La idea también era provocar relieve mediante el dibujo.

Este trabajo se realizó no en un museo o galería, sino en un espacio público donde la gente lo transitara, pisara y desdibujara sin ser prevenidos. Así se perturbó, modificó, borró hasta desaparecer. La escala de la obra convirtió la ciudad de San Juan por un lapso de tiempo en un gran mapa. Duró unas pocas horas y luego desapareció quedando tal vez en la memoria, para transformarse en un recuerdo.

El espacio geográfico donde se representó esta rosa de los vientos, al igual que aparecen en los mapas, fue un lugar descentrado temática- y formalmente: El sector este de la vereda del edificio del Correo Central.