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WEIMAR BRUNNEN
La temporalidad se enfatiza a través del movimiento que la intervención incorpora a la fuente de agua. Se ponen en relieve el diálogo entre pares de conceptos: Movimiento del agua en este monumento estático. Material maleable, plástico, en oposición a la permanencia de metal. Además, colores vibrantes en diálogo con la paleta baja de la propia fuente.
Los patitos acentúan la banalidad del monumento donde el agua es utilizada como artificio, y el cartel "nicht trinken" confiesa su imposibilidad de ser bebida.